En primavera, comienzan la temporada de ferias en numerosas localidades de Andalucía y una de las primeras, es la feria de abril.
Con motivo de este evento hemos querido recoger algunos consejos y sugerencias para que la feria no suponga una alteración excesiva de nuestros hábitos alimentarios. Podemos ser un poco más flexibles en estos días, pero conviene tener presente algunos consejos para evitar que tras una semana de feria nuestra salud y nuestro peso se resientan.
Estos consejos pueden aplicarse en cualquier feria, no solo en esta.
Allá van:
- El agua: A veces nos olvidamos de que el agua es la bebida por excelencia. Si estamos en una feria es bastante frecuente que nos olvidemos por completo de beber agua. El consumo de alcohol no es recomendable, pero si no quieres prescindir del consumo de fino, manzanilla o “rebujito”, al menos modera su consumo y no te olvides de beber agua “un vasito entre copa y copa”. De este modo conseguirás, beber más agua y consumir menos alcohol.
- Elección de alimentos: Si puedes elegir dentro de la carta de la caseta, lo mejor son los guisos del día. Son platos que incluyen verduras y con frecuencia legumbres. Si puedes, evita los fritos y rebozados, o al menos no abuses de ellos y si en la caseta también ponen algún tipo de aliño o ensalada, mejor que mejor.
- Controla las cantidades: En ocasiones nos encontramos en la caseta de amigos que comienzan a sacar platos y platos de comida, platos que nos van poniendo por delante a cada instante. Cuando comemos así, es fácil perder la cuenta de lo que llevamos comido. Trata de no alargar la mano cada vez que el plato pase por delante de ti, una de cal y una de arena. Aprende a decir “NO” cuando sientas que has comido suficiente.
- Cuida el resto de comidas del día: Si has pasado el mediodía en la feria, haz una cena ligera cuando llegues a casa. Si por el contrario vas a pasar en la feria la última parte de la tarde (o tarde noche) no hagas comidas muy abundantes antes de ir, si sabes que cuando llegues a la feria te vas a encontrar en alguna situación en la que controlar las cantidades va a ser algo más difícil de lo habitual. Ya que a veces es complicado encontrar en la feria platos ricos en verduras, intenta que la otra comida del día que hagas en casa sea abundante en ellas.
- Si un día no vas a ir a la feria, retoma una alimentación normalizada y quizás un poco más ligera: Tratemos de olvidarnos de la frase: “De perdidos al río”: como llevo varios días comiendo mal, pues hoy, aunque no vaya a la feria, en casa sigo comiendo mal (evitemos este pensamiento). Trata de normalizar tu situación los días que no vayas a la feria y si puedes, practica algo de ejercicio.
- Ejercicio: Si pasamos mucho tiempo en la feria (terminamos de trabajar y directamente te pones tus mejores galas o traje de flamenca para ir directamente a la caseta a comer y sin pasar por el gimnasio en estos días) te recomendamos que al menos vayas caminando a la feria y que durante el tiempo que estés en ella, bailes (este es una de los grandes beneficios de ir a la feria y una de las cosas más hermosas de este semana especial).
¡A bailar!