Hoy, 20 de octubre, es el Día Mundial de la Osteoporosis. La alta prevalencia de una menor densidad mineral ósea es una realidad, y representa un gran problema de salud pública. Por ello, desde el Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía, hacemos llegar esta información para una mayor comprensión y concienciación de la patología, junto con unas recomendaciones para su prevención y tratamiento.
La osteoporosis es una patología caracterizada por la pérdida de densidad mineral ósea. Como consecuencia, la arquitectura del hueso de desestructura y el hueso se hace más frágil. Es una patología silenciosa, no produce síntomas hasta que no se produce fractura. A continuación, se puede observar la diferencia entre e hueso sano normal y el osteoporótico.
Los huesos van creciendo a lo largo de la vida, manifestándose un pico de densidad mineral ósea máxima alrededor de los 18 – 22 años. A partir de ahí, empieza a disminuir. Las fracturas son más prevalentes en personas mayores de 50 años, destacando las fracturas de muñeca, vértebras y cadera. Además, en la mujer el decrecimiento de la densidad mineral ósea es más radical como consecuencia de la menopausia.
Como se puede observar en la figura, la columna vertebral puede modificarse provocando pérdida de hasta 22 cm. de altura con el paso de los años.
Los factores de riesgo que predisponen a esta patología son: antecedentes familiares de osteoporosis, bajo peso, IMC bajo, grasa corporal baja, consumo excesivo de alcohol, cafeína, disminución de andrógenos (hombres) o estrógenos (menopausia, mujeres), edad (mayor de 60 años), enfermedades genéticas (síndrome de Marfan, porfiria, homocistinuria, enfermedad de Gaucher, fibrosis quística), falta de ejercicio, sexo femenino, ingesta inadecuada de calcio o vitamina D, raza (blanca o asiática), sarcopenia, tabaquismo y uso prolongado de ciertos medicamentos
ALIMENTACIÓN EN OSTEOPOROSIS
El objetivo principal que se pretende abordar con la alimentación es la prevención de osteoporosis. La pauta principal es la ingesta adecuada de calcio y vitamina D, y realización de deporte de fuerza. Algunas recomendaciones son:
- Dieta equilibrada: consumo de fruta y verdura, correcto aporte de proteínas y asegurar el aporte de calcio y vitamina D.
- Realizar actividad física: priorizar el deporte de fuerza, con el objetivo de maximizar la fuerza ósea y muscular, y mejorar el equilibrio.
- Exposición solar diaria: al menos 20 minutos al sol para síntesis de vitamina D.
- Limitar el consumo de cafeína. Es un factor de riesgo.
- Limitar el consumo de alcohol. Es un factor de riesgo.
- Limitar el hábito tabáquico. Es un factor de riesgo.
- Mantener normopeso, evitar sobrepeso y obesidad.
La OMS reconoce que el calcio, la vitamina D, las proteínas, los fosfatos, la vitamina K, el magnesio y otros oligoelementos y vitaminas se relacionan con la salud de los huesos. Los nutrientes a los que debemos prestar especial atención son:
- Controlar el consumo de fósforo. Un exceso de fósforo en el organismo puede llegar a ser un factor adverso para el desarrollo óseo.
Tabla 1: Recomendaciones de fósforo según edad. Fuente: National Institute of Health. Tabla 2: Contenido de fósforo en los alimentos, cantidad por 100 g. de fracción comestible. Fuente: Tabla de composición de alimentos (José Mataix Verdú).
- Adecuado aporte de calcio. Este mineral es importante para la prevención de la osteoporosis, ya que el calcio es una parte esencial de la estructura ósea. Cumplir con las ingestas dietéticas de referencia del mismo da lugar a una correcta ingesta de calcio desde la preadolescencia hasta la edad de adultos-mayores.
Algunas fuentes de calcio son lácteos y derivados, frutos secos como almendras, pistachos y avellanas, pescado como boquerones (con espinas), y vegetales como acelgas, espinacas o puerro. Las recomendaciones de ingesta de calcio según la etapa vital son indicadas a continuación:
Tabla 3: Recomendaciones de calcio según edad. Fuente: Comité científico AESAN (2019). Tabla 4: Contenido de calcio en los alimentos, cantidad por 100 g. de fracción comestible. Fuente: Tabla de composición de alimentos (José Mataix Verdú).
- Adecuado aporte de vitamina D. Este mineral desempeña una función fundamental en la absorción de calcio, y, por tanto, en la homeostasis de los huesos. Entre sus funciones se encuentra mantener los niveles séricos de calcio y fósforo, estimulación del transporte del calcio intestinal y estimulación de la actividad de los osteoclastos, que son las células que remodelan los huesos).
Algunas fuentes de vitamina D son pescados azules como salmón, atún o caballa. A continuación, se detallan los requerimientos de vitamina D según la edad:
Tabla 5: Recomendación de vitamina D según edad. Fuente: Comité científico AESAN (2019). Tabla 6: Contenido de vitamina D en los alimentos, cantidad por 100 g de fracción comestible. Fuente: Tabla de composición de alimentos (José Mataix Verdú).
- Adecuado aporte de vitamina K. Es un nutriente esencial para la salud de los huesos, ya que actúa modificando la proteína osteocalcina, que se encarga de la resorción ósea y además se usa como marcador para predecir el riesgo de fractura.
Algunas fuentes de vitamina K son verduras de hoja verde, arándanos, higos y soja, entre otros alimentos. La recomendación de ingesta según edad y sexo es detallada a continuación:
Tabla 7: Recomendación de vitamina K según edad. Fuente: Comité científico AESAN (2019). Tabla 8: Contenido de vitamina K en los alimentos, cantidad por 100 g. de fracción comestible. Fuente: Fuente: Dial Software.
Aunque la alimentación tiene un papel fundamental en la prevención de la misma, el seguimiento requiere de revisiones médicas periódicas y tratamiento farmacológico si el especialista médico lo considera necesario.