DÍA MUNDIAL DE LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL.

Hoy, día 17 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Hipertensión Arterial (HTA). En España, la prevalencia de esta patología es abundante y requiere de concienciación en materia de prevención y de hábitos saludables. En muchos casos, se pauta tratamiento farmacológico, pero es importante destacar la necesidad de acompañar el consumo de medicamentos con alimentación saludable y actividad física. Es preciso, por tanto, tener responsabilidad con el consumo de fármacos y llevar a cabo un adecuado abordaje nutricional.

1. PATOLOGÍA

La hipertensión arterial (HTA) es una patología caracterizada por un aumento persistente de la presión arterial, que es la fuerza ejercida sobre las paredes de las arterias, siendo su unidad de medida los milímetros de mercurio (mmHg). De este modo, debemos diferenciar entre dos valores de presión arterial:

  • Sistólica (PAS): fuerza que se ejerce sobre las paredes de los vasos sanguíneos a medida que el corazón se contrae e impulsa la sangre a través de sus cámaras.
  • Diastólica (PAD): fuerza mientras el corazón se relaja entre las contracciones.

Se considera que los valores de 120/80 mmHg (presión arterial sistólica y diastólica, respectivamente) representan la tensión arterial normal de un adulto. De este modo, se considera hipertensión arterial cuando los valores de presión sistólica superan los 140 mmHg y/o los valores de tensión diastólica superan los 90 mmHg (1).

En cuanto a los síntomas, es posible que no se presente ningún tipo de indicio. Por ello, es importante prestar especial atención a los signos de alerta. Algunos de ellos pueden ser cefaleas, hemorragias nasales, ritmo cardiaco irregular y alteraciones visuales. En caso de ser hipertensión arterial muy elevada o grave, esta se manifiesta con síntomas de cansancio, náuseas, vómitos, confusión, ansiedad, dolor torácico y temblores musculares.

2. CONTEXTUALIZACIÓN

La HTA constituye un problema de salud pública, los datos (3) que encontramos sobre esta patología son alarmantes:

  • En el mundo hay 1280 millones de adultos (30 a 79 años) con HTA.
  • Apenas el 21% de adultos hipertensos tiene controlado el problema en todo el mundo.
  • La hipertensión es una de las causas principales de muerte prematura en el mundo.

Los resultados del estudio Di@betes (4), realizado en 2015 en España, muestran que:

  • El 42,6% de la población adulta española de edad ≥ 18 años es hipertensa, más los varones (49,9%) que las mujeres (37,1%).
  • La prevalencia es superior entre los prediabéticos (67,9%) y diabéticos (79,4%)
  • Toman tratamiento farmacológico el 88,3% de los hipertensos conocidos y solo el 30% tiene la presión arterial controlada.

Dando pasos hacia el cambio:

A nivel de políticas públicas, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a través de la AESAN, desarrolló a finales del año 2008 el Plan de Reducción del Consumo de Sal (PRCS), con el mensaje claro de “Menos sal es más salud” (5). Este plan estaba centrado en reducir la morbilidad y mortalidad atribuida a la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares. El objetivo principal de dicho plan fue, de este modo, la reducción del consumo de sal para alcanzar progresivamente las recomendaciones de la OMS.

Este plan incluye, entre sus acciones, convenios y acuerdos para la reformulación de alimentos en patatas fritas y snacks, en productos de carnicería y charcutería artesanales, y en el pan.

3. FACTORES DE RIESGO

Las intervenciones para modificar el estilo de vida podrían reducir la prevalencia de hipertensión arterial, pero los programas de intervención precoz son los que muestran más resultados a largo plazo para disminuir las complicaciones relacionadas con la hipertensión (6). Por ello, es importante considerar los factores de riesgo y tratar de evitar aquellos que sean modificables.

  • Edad: la prevalencia de HTA aumenta con la edad (7).
  • Género: antes de los 45 años, más hombres que mujeres tienen HTA, y después de los 65 años, las tasas de HTA en mujeres supera a la de los hombres (8).
  • Obesidad. Varios mecanismos interrelacionados promueven el desarrollo de HTA en la obesidad, a menudo contribuyendo al daño final de los órganos, incluidas las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades renales crónicas (9).
  • Raza negra. En relación a la etnia, la hipertensión arterial es dos veces más predominante en individuos negros (10).
  • Diabetes mellitus. La HTA es dos veces más frecuente en pacientes con diabetes en comparación con aquellos que no tienen diabetes. Además, los pacientes con HTA a menudo exhiben resistencia a la insulina y tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes que los individuos normotensos (11).
  • Consumo excesivo de alcohol. El consumo de alcohol contribuye a la elevación de la presión arterial en la población (12).
  • Indicios de lesiones en órganos diana (13). Padecer algún tipo de lesión en órganos como intestino, hígado y/o páncreas puede interferir, de manera notable, en la forma de asimilar los alimentos en general y la sal en particular.

De manera indirecta, interviene el factor socioeconómico. Las personas que se desarrollan en un contexto más favorable, con mejor situación económica y mayor nivel cultural, tienen mayor acceso a la información, entienden mejor la condición clínica y además experimentan mayor adherencia al tratamiento. Por ello, de manera general, hay tasas más altas de enfermedades cardiovasculares en grupos con nivel socioeconómico más bajo (14).

Esta enfermedad suele presentarse junto con otros factores de riesgo cardiovascular, como son obesidad visceral, resistencia a la insulina, hipertrigliceridemia y concentraciones bajas de colesterol HDL. De hecho, la presencia conjunta de 3 o más de estos factores de riesgo es denominado síndrome metabólico (15).

4. PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

Como se ha comentado, la modificación del estilo de vida tiene una eficacia demostrada en la prevención primaria y el control de la hipertensión. De este modo, el abordaje nutricional de la hipertensión arterial debe ir orientado a:

  • Llevar a cabo un patrón dietético saludable, destacando la importancia de la presencia de frutas y verduras en el mismo.
  • Restricción de sal, limitar el consumo de sodio en la dieta. El elevado consumo de sodio (> 2 gramos/día, equivalente a 5 gramos de sal por día) y la absorción insuficiente de potasio (menos de 3,5 gramos por día) contribuyen a la hipertensión arterial y aumentan el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular (16).
  • Limitar el consumo de alimentos de mala calidad. Evitar consumir productos elaborados con azúcar añadido, harinas refinadas, grasas saturadas y trans, y sal añadida.
  • Lograr un peso corporal saludable. La HTA es, en muchos casos, comorbilidad de una condición de sobrepeso y obesidad. En el caso de que no lo fuera, el exceso de peso influye de manera negativa en el estado de salud del individuo.
  • Realizar actividad física con regularidad.
  • Limitar el consumo de alcohol y tabaco.

5. IDENTIFICA LA SAL OCULTA EN LOS ALIMENTOS

Los datos (17) publicados por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) muestran que la población española ingiere aproximadamente 9,7 g de sal al día. El 20 % de la sal ingerida es añadida por el propio consumidor en el proceso de cocinado y/o mesa, mientras que el 72 % de la sal ingerida proviene de alimentos procesados (sal oculta). En este segundo caso, esta se encuentra especialmente en embutidos, pan y panes especiales, quesos, y platos preparados.

Es muy importante limitar la sal que añadimos a las elaboraciones culinarias, pero también hay que prestar especial atención a la sal que forma parte de los alimentos que consumimos en el día a día, la cual ha sido añadida en el proceso tecnológico de creación del producto.

¿Cómo saber cuánta cantidad de sal tiene un alimento que compramos?

Para conocer la cantidad de sal presente en los alimentos listos para consumir debemos prestar especial atención al etiquetado nutricional. Este puede aparecer referido bien a contenido en sal común o bien referido a sodio. La diferencia entre ambos radica en que

Sal = sodio x 2,5

Teniendo esto en cuenta, se considera que un alimento contiene mucha sal si aporta igual o más de 1,25 g por cada 100 g de producto. Asimismo, un producto aporta poca sal cuando contiene igual o menos de 0,25 g por cada 100 g de alimento.

De igual modo, en los productos alimenticios podemos encontrar declaraciones nutricionales (18) relativas al contenido en sodio/sal:

  • Bajo contenido en sodio/sal: el producto no contiene más de 0,12 g de sodio, o el valor equivalente de sal, por 100 g o por 100 ml. En aguas no minerales naturales, este valor no deberá ser superior a 2 mg de sodio por 100 ml.
  • Muy bajo contenido en sodio/sal: el producto no contiene más de 0,04 g de sodio, o valor equivalente de sal, por 100 g o por 100 ml.
  • Sin sodio/sal: el producto no contiene más de 0,005 g de sodio, o el valor equivalente de sal, por 100 g.
  • Sin sodio/sal añadidos: no se ha añadido al producto sodio o sal, ni ingrediente alguno con sodio o sal añadidos, y siempre que el producto no contenga más de 0,12 g de sodio, o su valor equivalente de sal, por 100 g o por 100 ml.

6. MÁS ALLÁ DEL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO

Otros aspectos que se deben tener en consideración son:

Tanto para el diagnóstico como para el tratamiento farmacológico, el papel del médico facultativo es fundamental. En este sentido, es preciso ser responsable con el tratamiento, ya que lograr tener unos valores normales de tensión arterial tomando fármacos nunca debe implicar restarle importancia a la patología (19).

Por ello, es preciso medir periódicamente la tensión arterial. Esto es fundamental tanto en los primeros momentos del diagnóstico de la enfermedad como para realizar una evaluación continua del tratamiento de la patología.

Del mismo modo, es necesario prevenir y tratar otros trastornos que pueda presentar la persona. En la mayoría de los casos, la HTA se manifiesta junto con complicaciones como diabetes mellitus o dislipemia, entre otros.

A modo de conclusión, es importante destacar e incidir en la importancia de los hábitos saludables para un correcto abordaje de la hipertensión arterial. Aunque se paute tratamiento farmacológico para adecuar los valores de tensión arterial, este debe coexistir con otros dos elementos fundamentales: alimentación saludable y actividad física.