DÍA MUNDIAL DE LA DIABETES

Hoy, día 14 de noviembre de 2021, es el Día Mundial de la Diabetes. Es una patología cuya prevalencia se encuentra en aumento en todo el mundo debido al crecimiento de las tasas de sobrepeso y obesidad. Por ello, desde el Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía, creemos que es una buena oportunidad para fomentar la concienciación global y dirigir la atención del público hacia las causas, síntomas, complicaciones y abordaje nutricional de la misma.

DIABETES MELLITUS

La Diabetes Mellitus es una patología caracterizada por niveles altos de glucosa (azúcar) en sangre. Esto ocurre por un defecto en la secreción de insulina por parte del organismo (Diabetes tipo I), por resistencia a la insulina por parte de los tejidos periféricos insulinodependientes o por una combinación de ambas situaciones (Diabetes tipo II).

Otros tipos de Diabetes son:

Diabetes gestacional: intolerancia a la glucosa que se produce durante el embarazo. Los cambios fisiológicos propios de esta etapa, unido a otros factores predisponentes, hacen que las células del cuerpo usen la insulina de manera menos eficaz.

Diabetes secundaria a medicamentos: algunos fármacos pueden modificar la secreción de insulina y/o la tolerancia a la misma.

Los síntomas propios de esta patología son: diuresis, frecuente sensación de sed, fatiga o astenia y sequedad en la piel, entre otros. Hay que tener especial precaución porque, en muchos casos, la elevación de glucosa en sangre es silenciosa, pudiendo alcanzar diferentes órganos, produciendo complicaciones asociadas sin síntoma aparente.

Los valores normales de glucemia (glucosa en sangre) en ayunas (preprandrial) son 70 – 130 mg./dl. Estaríamos ante una situación de hiperglucemia (glucemia alta) cuando nos encontramos con valores superiores a 126 mg./dl. en ayunas.

Los factores de riesgo son diferentes dependiendo del tipo de Diabetes:

En cuanto a la Diabetes tipo I, la causa no está claramente definida. La mayoría de las teorías que explican su etiología van enfocadas a un proceso autoinmune que afecta a las células del páncreas que producen insulina. Este mecanismo hace que la patología se desarrolle en los primeros años de vida, momento desde el cual es necesaria la administración de insulina exógena.

En relación a la diabetes tipo II, esta está muy relacionada con el estilo de vida. Se trata de una comorbilidad (enfermedad derivada de otra complicación) del sobrepeso y la obesidad. Dado que se trata de una complicación derivada de otra patología, este tipo de Diabetes puede revertir con un buen abordaje nutricional.

Entre los factores predisponentes a la diabetes gestacional no sólo encontramos unos hábitos de vida poco saludables, sino también factores genéticos y evolución del embarazo durante la etapa gestacional.

¿CÓMO REDUCIR EL RIESGO DE DIABETES?

Podemos incorporar diferentes pautas dietéticas y conductuales en el estilo de vida para reducir el riesgo de diabetes:

  • Establecer normopeso. En caso de madres gestantes, el peso previo al embarazo es de especial importancia.
  • Realizar actividad física de manera regular. Si se realiza de manera constante, reduce el riesgo de desarrollar diabetes de manera considerable.
  • Eliminar las grasas de mala calidad como grasas trans e incrementar la ingesta de grasas poliinsaturadas y ácidos grasos omega 3. Estos nutrientes podemos encontrarlos en aceite de oliva virgen (extra), aguacate, frutos secos y semillas como sésamo y chía, entre otros.
  • Reducir la ingesta de carbohidratos refinados y bebidas dulces e incrementar el consumo de panes y otros cereales integrales.
  • Aumentar el consumo de vegetales crudos y cocinados, y de fruta entera.
  • Limitar el consumo de alcohol.

ABORDAJE NUTRICIONAL

La alimentación del paciente con Diabetes Mellitus se fundamenta en una dieta equilibrada (Pirámide de Alimentación Saludable y Sostenible de CODINAN) con control del consumo de hidratos de carbono. La alimentación se debe individualizar según los requerimientos nutricionales y el nivel de actividad física, con el fin de mantener valores de glucemia cercanos a la normalidad.

En caso de Diabetes tipo I, se deben cubrir las necesidades de energía y nutrientes, gestionar la glucemia, prevenir complicaciones asociadas y alcanzar un peso estable saludable. En este caso es necesario equilibrar las diferentes comidas (ingesta de hidratos de carbono) con la administración de insulina exógena y la actividad física, ya que esta última interviene de manera importante regulando los niveles de azúcar en sangre.

En caso de Diabetes tipo II, a las recomendaciones anteriores se suma la obtención de normopeso para conseguir revertir las complicaciones. En este caso también se debe prestar especial atención a la actividad física como factor que mejora la enfermedad, ya que aporta beneficios a nivel metabólico (además del resto de beneficios que aporta el deporte al organismo).

La pauta principal para el correcto abordaje nutricional de la Diabetes Mellitus es distribuir la toma de hidratos de carbono entre las diferentes comidas que se consumen a lo largo del día. La Fundación para la Diabetes proporciona una tabla de raciones de hidratos de carbono, que sirve de guía a la hora de gestionar los equivalentes de azúcar en la alimentación diaria.

El plato de comida debe contener una combinación de nutrientes:

  • Vegetales: al menos la mitad del plato. Frutas, verduras y hortalizas, tanto crudas como cocinadas. En el caso de la fruta, priorizar la pieza entera.
  • Proteínas: representan un cuarto del plato. Leche y otros lácteos, pescado fresco o conservados en aceite de oliva virgen, huevo cocido o a la plancha, frutos secos naturales o tostados y carne magra, entre otros.
  • Hidratos de carbono: representan un cuarto del plato. Cereales como arroz, quinoa, pasta, pan, patata y boniato, entre otros. Priorizar aquellos que sean integrales (o de grano entero) para un mayor aporte de fibra, vitaminas y minerales.

En cuanto a la distribución de hidratos de carbono, debemos intentar dividir la ingesta de alimentos de este último grupo en las diferentes comidas del día. Para ello aplicaremos la regla de las 5 P’s, consistente en no mezclar en la misma toma: Pan, Potaje, Patata, Paella (arroz) y Pasta. Así nos aseguramos de evitar picos de glucemia bruscos en las comidas más abundantes.

Aun así, es importante individualizar a la hora de planificar el menú. En este caso, la figura del dietista-nutricionista es esencial. No sólo para educar al paciente en hábitos y alimentación saludable, sino para calibrar el menú de manera adecuada consiguiendo así controlar los factores que intervienen en la patología.

ÍNDICE GLUCÉMICO Y CARGA GLUCÉMICA

Para un buen abordaje nutricional de la Diabetes Mellitus se deben gestionar las raciones de hidratos de carbono de la dieta. Por ello, es preciso aclarar la diferencia entre índice glucémico y carga glucémica.

El índice glucémico mide la velocidad con la que un alimento es capaz de aumenta los niveles de glucosa en sangre. Un IG alto aumenta el azúcar en sangre de manera rápida. Valores: IG alto > 70; IG medio 56 – 69; IG bajo < 55.

La carga glucémica mide la cantidad de hidratos de carbono que contiene un alimento. Valores: CG alta > 20; CG 11 – 19; CG baja < 10.

Lo ideal para el buen abordaje de la Diabetes Mellitus es lograr que no se produzcan picos bruscos de azúcar en sangre. Por ello, se recomienda el consumo de hidratos de carbono de bajo índice glucémico. De manera simultánea debemos considerar los factores que influyen en la respuesta glucémica:

  • Consumo de proteína en la misma toma. Tomar alimentos proteicos junto con alimentos ricos en hidratos de carbono mejora la respuesta del organismo ante el azúcar consumido, contribuyendo a una subida de la glucemia más progresiva, menos brusca. Los grupos de alimentos que contienen proteínas son: carne, pescado, huevo, lácteos, legumbres y soja.
  • Consumo de hidratos de carbono complejos, los cuales contienen fibra. El consumo de alimentos integrales permite una mejor respuesta glucémica por parte del organismo, ya que la fibra interviene en el mecanismo del organismo para normalizar el nivel de azúcar en sangre. Los alimentos ricos en fibra son aquellos en cuya etiqueta aparece indicado el porcentaje de cereal integral o de grano entero, debiendo priorizar aquellos con un mayor porcentaje de grano integral.
  • Actividad física: entre los múltiples beneficios de la misma, encontramos su contribución al mantenimiento de las concentraciones de azúcar en sangre dentro de los límites saludables. Esto es posible por la liberación de insulina en sangre que se produce durante el ejercicio. Si se realiza actividad física después de comer y de manera regular, se pone en marcha un mecanismo que, además, permite reducir la resistencia a la insulina.

En conclusión, el manejo de la diabetes se basa en el objetivo principal de no privar al cerebro de energía, impidiendo así que el paciente entre en coma o lesión en sus neuronas. Cuanto mejor sea el control metabólico de una persona con diabetes, menores serán las complicaciones y mayor la esperanza de vida. Se trata de mantener un equilibrio entre ingesta de alimentos y dosis de insulina, además de prestar especial atención a la actividad física.