En el presente año 2022 nos encontramos con una situación de inflación de precios, conflictos internacionales, calentamiento global, repercusiones de la Covid-19 y, como consecuencia, desigualdades sociales. Esto afecta al acceso a los alimentos saludables y nutritivos. Por ello, es importante atender a las necesidades de toda la población, sin dejar a nadie atrás.
En CODINAN nos unimos al #DíaMundialdelaAlimentación #WorldFoodDay, con el objetivo de crear consciencia de la importancia y el privilegio de poder nutrir nuestro organismo con alimentos saludables y variados, ya que los tenemos a nuestra disposición cada día.
DATOS
Para que el modelo agroalimentario mundial sea sostenible es necesario que se produzcan y distribuyan alimentos suficientes, nutritivos, inocuos, accesibles (localización) y asequibles (precio) para todas las personas, sin excepción de aquellas que pasan hambre y/o sufren desnutrición. Sin embargo, los datos (enlace) muestran que:
- El hambre sigue aumentando y afectó a 828 millones de personas en 2021, un aumento de unos 46 millones de personas desde 2020 y 150 millones desde 2019.
- 100 millones de personas (casi el 40% de la población mundial) no pueden permitirse una dieta saludable.
- 193 millones de personas necesitaron asistencia humanitaria para su supervivencia en 2021.
- Más del 80% de las familias pobres viven en zonas rurales, y muchos dependen del sistema agroalimentario para su subsistencia.
- El 80% de las personas desplazadas en el mundo se encuentran en países o territorios afectados por la inseguridad alimentaria y malnutrición, muchos de los cuales se enfrentan a riesgos climáticos y otros desastres.
ACCIONES
Hay muchas acciones que podemos realizar cada día, de manera individual y colectiva, para contribuir al sistema agroalimentario de manera positiva. Algunas de ellas son:
No mirar a otro lado. La alimentación es una acción colectiva, ya que cada acción que hacemos en torno a ella (comprar, cocinar, manipular) está marcada por nosotros e influimos de manera directa y/o indirecta en el sistema agroalimentario.
No desperdiciar: cuidar y aprovechar los alimentos. En este sentido, hay pequeños gestos que se pueden incluir en nuestros hábitos de consumo:
- Comprar con más frecuencia. Ir al supermercado o a la tienda local varias veces a la semana no es posible para todos, pero es buena idea comprar en pequeñas cantidades e ir consumiéndolas poco a poco.
- No almacenar en exceso. Es recomendable tener abastecimiento, especialmente familias con niños pequeños, pero no tener las reservas siempre en su tope.
- No acumular recipientes. Si se almacena comida abundante en recipientes diferentes, puede que se olviden en el fondo del cajón o en el refrigerador.
- Realizar comidas de aprovechamiento. Si no apetece terminar el plato cuando se come, siempre se puede dejar para otro momento, incluso cambiar la elaboración culinaria. Trata de crear recetas que compartan ingredientes para así poder sacarle partido a las sobras.
Apoyar el mercado local y a los pequeños productores. Consumir alimentos de producción local o producción nacional. En el etiquetado del alimento o producto alimenticio se puede revisar la procedencia del mismo.
Consumir alimentos de temporada. Esto reduce el consumo energético y ayuda a mitigar el cambio climático.
Alimentación saludable y nutritiva. Consumir una dieta variada y equilibrada según las necesidades nutricionales es imprescindible para un adecuado estado de salud:
- Priorizar el consumo de alimentos de calidad, evitando el consumo de alimentos ultraprocesados de mala calidad ricos en sal, azúcares libres y grasas no saludables.
- Consumir agua como bebida hidratante principal. Evita el consumo de bebidas azucaradas (refrescos, zumos industriales) y alcohol.
- Incluir una ración de verduras en cada comida.
- Consumir hidratos de carbono integrales. Nos aportan energía, vitaminas, minerales y fibra. Además de patata, puedes incluir pan, pasta, arroz y quínoa, entre otros. Evita consumir cereales con azúcar añadido, tales como cereales de desayuno azucarado y/o pan blanco de mala calidad.
- Incluir legumbres al menos 3 veces a la semana. Puedes consumirlas cocidas en ensalada, en guisos, como humus o incluso realizar elaboraciones como hamburguesas.
- Incluir proteínas en todas las comidas, priorizando aquellas de origen vegetal.
- Trata de añadir en las elaboraciones aceites saludables como aceite de oliva virgen (extra). Evita el consumo de aceites parcialmente hidrogenados (grasas trans no saludables).