El cáncer constituye una de las principales causas de morbi-mortalidad en todo el mundo. Es una patología multicausal que se manifiesta de diferente modo dependiendo del estado en el que se encuentre la enfermedad, la zona corporal afectada, el tratamiento recibido y otros factores como el estado psicológico del paciente. Además, al tratarse de una enfermedad que posee un abordaje complejo, la alta prevalencia de cáncer en todo el mundo requiere de prevención primaria como una estrategia clave para un diagnóstico y tratamiento precoz.
Desde el Colegio Profesional de dietistas-nutricionistas de Andalucía, nos sumamos al Día Mundial de la lucha contra el Cáncer para visibilizar y concienciar de la importancia de su prevención y, por tanto, la realización de pruebas diagnósticas de manera precoz o cribado, en la población general, cuando sea posible y esté aconsejado.
DATOS
En el informe de la SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica) “Las cifras del cáncer en España de 2021”, se estima que la incidencia de tumores en la población mundial aumentará un 56,7% para 2040, en comparación con el año 2020.
Según un artículo sobre las estadísticas mundiales del cáncer en 2020 (Sung et al., 2021), los tumores más frecuentes diagnosticados en el mundo, estimados para ambos sexos, son los siguientes:
Figura 1: Clasificación de tumores más frecuentes diagnosticados en todo el mundo en 2020.
Los cánceres más frecuentemente diagnosticados en España en 2021 son el cáncer de colon y recto, próstata, mama, pulmón y vejiga urinaria. Además, en España, los tipos de cáncer responsables de una mayor mortalidad, en orden decreciente, son el cáncer de pulmón, el colorrectal, y los cánceres de páncreas, mama y próstata.
PREVENCIÓN: IMPORTANCIA DE LA DIETA
Hablar de prevención es considerar los factores de riesgo. El cáncer posee etiopatogenia múltiple y, en muchos casos, desconocida. Por ello, nos gustaría centrarnos en un factor que sí es conocido y controlable, como es la alimentación. Así pues, nos gustaría destacar que mantener un estilo de vida saludable reduce el riesgo de la aparición de varios tipos de cánceres, siendo la obesidad un factor clave (Plummer et al., 2016).
Como se puede observar en la figura 2, los tumores con una mayor atribución a la obesidad como factor de riesgo son, en orden decreciente: cáncer de mama, útero, colon, riñón, vesícula biliar, páncreas, recto, adenocarcinoma del esófago y cáncer de ovarios.
Figura 2: Número de casos atribuibles a la obesidad a nivel mundial en el año 2012.
Aunque hoy existe suficiente evidencia científica sobre la vinculación entre la dieta y el cáncer, no ha sido hasta la década de 1980 cuando comenzaron a desarrollarse estudios en torno a ello. La dieta es un factor modificable importante que puede alterar el riesgo de desarrollar cáncer, porque se ha demostrado que varios componentes dietéticos, incluido el consumo de alcohol, la baja ingesta de frutas, verduras y de fibra dietética, tienen un impacto significativo en el incremento del riesgo de cáncer.
Sin embargo, existen barreras importantes para la nutrición y para los cambios en el estilo de vida que se relacionan con la prevención del cáncer. Entre ellos, la necesidad de conocimiento de las recomendaciones y habilidades alimentarias, acceso a los medios necesarios y gestión de factores ambientales y sociodemográficos (Di Sebastiano et al., 2019).
¿Cómo podría alimentarme de manera adecuada para disminuir el riesgo de padecer cáncer?
De manera generalizada, algunas pautas son:
- – Introduce en tu patrón alimentario de forma frecuente frutas, verduras, frutos secos, legumbres, cereales integrales y aceite de oliva virgen extra.
- – Disminuye el consumo de bebidas azucaradas, carne roja y embutidos, bollería industrial y otros alimentos con azúcar, sal añadida y grasas de mala calidad. Además, evita el consumo de alcohol.
- – Otras recomendaciones que son de especial interés, más allá de la alimentación son: realizar actividad física (Stout et al., 2017), exposición solar con consciencia (Raimondi et al., 2020), lactancia materna (Babic et al., 2020) y someterse a programas de cribado. También habría que destacar la importancia de huir de las terapias sin evidencia científica.
Puedes planificar tu menú semanal siguiendo las recomendaciones de frecuencia de consumo que aparecen en la Pirámide Saludable y Sostenible de CODINAN.
TERAPIAS ALTERNATIVAS ¡QUE NO TE ENGAÑEN!
En los últimos años, se han venido promoviendo terapias alternativas con poca evidencia científica, que en muchos casos son contempladas por parte de pacientes oncológicos dándoles falsas esperanzas. Éstas no sólo son un engaño, sino que además pueden suponer un riesgo para la salud del paciente, ya que retrasan o impiden que el paciente reciba la terapia adecuada. Además, pueden suponer una alteración en el funcionamiento adecuado del organismo o una pérdida de la efectividad de los fármacos suministrados.
Las terapias alternativas más extendidas entre la población y ante las cuales debemos estar alerta son:
- – Sistemas integrales: homeopatía, naturopatía, ayurveda, medicina tradicional china.
- – Terapias biológicas: hierbas, alimentos y vitaminas a las que se les atribuyen propiedades sanadoras.
- – Métodos de manipulación y basados en el cuerpo: quiropráctica, osteopatía, quiropraxia, reflexología, shiatsu, aromaterapia.
- – Enfoque mente y cuerpo: curación mental, oración, terapias creativas.
- – Enfoque sobre la base de la energía: Tai Chi, Reiki, Chi-Kung, terapia floral, toque terapéutico.
En cuanto a las mismas, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) desaconseja, de manera rotunda, su utilización, ya que estas terapias no son seguras. Además, añaden que la medicina alternativa, al no contar con evidencia científica, “puede ser altamente perjudicial para los pacientes con cáncer.”
LA NUTRICIÓN EN EL CÁNCER
Muchos pacientes presentan pérdida de peso involuntaria que lleva al diagnóstico de cáncer. La anorexia, pérdida del apetito o deseo de comer, es característica en un 15-25 % de todos los pacientes de cáncer en el momento del diagnóstico, aunque también se presenta como efecto secundario de los tratamientos o es una consecuencia vinculada al tumor en sí. Por ello, los profesionales de la salud deben anticipar los problemas potenciales y, junto con el paciente, formular un plan para prevenir la desnutrición y la pérdida de peso (Instituto Nacional del Cáncer, 2021).
La terapia nutricional médica de un paciente oncológico debe contemplar como objetivo no sólo solucionar los problemas que origina el propio cáncer, sino también anticipar y minimizar los efectos secundarios de su tratamiento. Por este motivo, la figura del dietista-nutricionista no sólo es fundamental por la promoción de hábitos saludables en la prevención del cáncer: el profesional de la nutrición es necesario también en el manejo de la terapia nutricional del paciente oncológico, y tendrá como objetivo principal mejorar el pronóstico de la enfermedad y disminuir síntomas digestivos, logrando así una mejora en su calidad de vida.
Bibliografía
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Di Sebastiano, K. M., Murthy, G., Campbell, K. L., Desroches, S., & Murphy, R. A. (2019). Nutrition and Cancer Prevention: Why is the Evidence Lost in Translation? Advances in Nutrition, 10(3), 410. https://doi.org/10.1093/ADVANCES/NMY089
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Plummer, M., de Martel, C., Vignat, J., Ferlay, J., Bray, F., & Franceschi, S. (2016). Global burden of cancers attributable to infections in 2012: a synthetic analysis. The Lancet Global Health, 4(9), e609–e616. https://doi.org/10.1016/S2214-109X(16)30143-7/ATTACHMENT/A5739CB7-58FC-40CB-B6E1-4F2FFF9225D6/MMC1.PDF
Raimondi, S., Suppa, M., & Gandini, S. (2020). Melanoma Epidemiology and Sun Exposure. Acta Dermato-Venereologica, 100(11), 250–258. https://doi.org/10.2340/00015555-3491
Rivera A, Jaldón J, García I, Casado L, Ai, M., Lj, M., & Capitán, J. *. (n.d.). PIRÁMIDE DE LA ALIMENTACIÓN SALUDABLE Y SOSTENIBLE.
Stout, N. L., Baima, J., Swisher, A. K., Winters-Stone, K. M., & Welsh, J. (2017). A Systematic Review of Exercise Systematic Reviews in the Cancer Literature (2005-2017). PM & R : The Journal of Injury, Function, and Rehabilitation, 9(9S2), S347–S384. https://doi.org/10.1016/J.PMRJ.2017.07.074
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